No ve, pero nos enseña a mirar al prójimo.
Patagonia Run
Telenoche I Canal 13
La Carrera de su vida – La historia de vida de Miguel contada por Juan Butvilofsky que viajó a San Martín de los Andes especialmente para conocer a Miguel y saber más del proyecto CASATUYA.
Es ciego y va a correr 110 kilómetros para ayudar a los demás I Clarin
La vida le arrancó la posibilidad de ver. No de una vez, sino en duras cuotas. A los 9 años, Miguel Manriquez vivía en una chacra con sus abuelos. Se lastimó el ojo izquierdo, le hicieron varias operaciones, pero no se lo pudieron recuperar. Ya con 44 años, trabajando como tornero mecánico, se accidentó con un alambre y perdió el ojo derecho. Desde entonces, no ve absolutamente nada.
«Son los dos únicos accidentes que tuve en mi vida. No tengo ningún hueso roto, no tengo nada más. Fue en los dos ojos. Estoy como marcado», dice a Clarín en una charla telefónica.
Ocho años después de haber quedado a oscuras, se anotó para participar en Patagonia Run, la carrera de montaña más importante de Sudamérica, que se hará el 12 y 13 de abril. Es una ultramaratón de 110 kilómetros, por caminos y senderos exigentes. Miguel va a correr más de un día completo, estima que entre 24 y 30 horas.
Nada hubiera pasado -ni la carrera, ni esta nota- si no fuera por su hija Solange. Tenía dos años y medio cuando lo invitó a una caminata que organizaba el jardín de infantes. Miguel se negó a ir, porque no podía ver. Entonces la pequeña se dio vuelta y le dijo a su madre: «No me quiere acompañar más». Para el hombre, esto fue un click.
«Me di cuenta de que tenía que hacerlo, porque no dejaba de ser papá. Yo me había quedado ciego, pero el resto seguía igual», analiza. Poco después, la nena se convirtió en su primer guía. Salían a caminar juntos y ella le avisaba cuando había una piedra en el camino.
En medio de ese proceso, buscó ayuda en la ONG Puentes de Luz, que brinda atención a las personas con discapacidad y que fue clave en su rehabilitación. Está ubicada en San Martín de los Andes, el lugar que Miguel -nacido en Neuquén- eligió para vivir.
Fue entonces cuando se metió en el mundo del running. «Antes corría porque me gustaba, pero no había participado en ninguna competencia. Después de mi accidente, que me dejó ciego, empecé a correr. Al principio me daba miedo, chocaba con los pies», recuerda.
Probó suerte en la Patagonia Run del 2013, con la modalidad de 10 K. No conforme con ese logro, al año siguiente hizo los 21K, y en 2018 se animó a los 70K. Acostumbrado a superar desafíos, esta vez se anotó en los 110K.
Con 52 años, se está preparando para el mayor desafío deportivo de su vida. Tres veces por semana va al gimnasio, donde corre en la cinta y hace ejercicios para fortalecer músculos. Cuando lo acompañan a caminar, lleva una mochila con peso y practica las subidas. Y los fines de semana hace «fondo», es decir, tiradas largas de entrenamiento.
«En la carrera hay que subir cuatro cerros. Terminás uno, y cuando querés hacer dos pasos más, ya empezás a subir el otro», dice entre risas y deja en claro que nada de esto lo asusta. «Lo más difícil es llegar a la línea de largada. Una vez que estas ahí, ya está», lanza con una naturalidad que asombra.
Al igual que en los 70K, lo va a acompañar el corredor ultra trail Cristian Barreiro. Él va delante y Miguel lo sigue detrás. Son como un bloque. Ambos van tomados de un bastón que tiene dos manijas. A veces, Miguel también se agarra de una soga que Cristian lleva en la mochila.
A los obstáculos que se somete cualquier corredor -como el frío o el dolor muscular- Miguel suma varios más. Una raíz o un tronco en el suelo se convierten en dificultades al no poder verlos. Por eso, el guía le advierte sobre estas presencias.
Además, Cristian se encarga de mantenerlo motivado. «Hay una persona a 50 metros, si mantenemos el ritmo nos vamos acercando», le dice. Es algo clave, porque Miguel es consciente de que está compitiendo. «Una vez que estás ahí, querés pasar a más de uno», asume el runner.
La nueva experiencia tiene fines solidarios. Como parte de la comisión de Puentes de Luz, Miguel promueve el proyecto «Casatuya», que busca darles un hogar propio a las personas con discapacidad que se encuentran solas -porque sus padres son mayores o ya no están- y necesitan ejercer su autonomía.
Quienes deseen colaborar, pueden comprar «1 km x 1 dólar», con el desafío de juntar 200 mil dólares para la adquisición de un terreno y la construcción de una vivienda, donde personas con discapacidad podrán vivir solas con sus pares, monitoreadas por profesionales.
«Ellos me rehabilitaron y me pusieron en carrera. Ahora quiero aportar un granito de arena. Vamos a construir una casa y ojalá sea la primera de varias», se entusiasma Miguel, que ya tiene un hogar, pero va a correr 110 kilómetros para que otros también tengan el suyo.
AS
29/03/2019 – 15:53 I Clarín.com I Sociedad
Textos : Vanesa López I Clarin
Para Ver la Nota :
https://www.clarin.com/sociedad/ciego-va-correr-110-kilometros-montana-ayudar_0_5CsPqhxBM.html?fbclid=IwAR06iO5hqaBEtu1jkyKZGZFwhacqP5lFewOtHLrhn4Uh6N6bPcrvtckKwA8
Donde se unen la pasión y la solidaridad
DONDE SE UNEN LA PASIÓN Y LA SOLIDARIDAD
Patagonia Run Mountain Hardwear y Puentes de Luz se unen para impulsar la campaña #CorredoresSolidarios, en beneficio del emprendimiento Sabor Natural, que promueve la inserción laboral de personas con discapacidad.
Esta acción de responsabilidad social empresaria de Patagonia Run Mountain Hardwear tiene como objetivo concientizar sobre la importancia de la inclusión de las personas con discapacidad en los distintos ámbitos de la sociedad.
Con la figura del vecino de San Martín de los Andes, Miguel Manriquez, que comenzó la práctica del running luego de quedar ciego hace 8 años; este año se anima a los 70 km, y desde esa época se gestó la idea de Sabor Natural, el emprendimiento productivo de Puentes de Luz que elabora blends de especias y mermeladas regionales.
También Gabriela Azcarate, una de las directoras de la prestigiosa carrera, dio su testimonio en apoyo a la organización, a la vez que mencionó la emocionante historia de Javier Salazar, que luego de sufrir un ACV participó de casi todas las ediciones de Patagonia Run.
Los #CorredoresSolidarios tendrán la posibilidad de colaborar con Puentes de Luz adquiriendo los productos de Sabor Natural, en el hotel Patagonia Plaza desde este miércoles al viernes, al momento de retirar su remera de correrdor; y/o mediante la donación mensual convirtiéndose en Socio Benefactor, entre los cuales se sortearán dos suscripciones para la edición 10 años de Patagonia Run 2019.
Además, se invita a toda la comunidad a la charla de Martín Kremenchusky el jueves 5 de abril a las 16,30 hs en el CCCotesma con entrada gratuita . Martín es un atleta con una anomalía genética denominada Síndrome de Usher que produce hipoacusia y pérdida gradual de la visión y que participó, entre otras, en el IronMan Brasil 2015, convirtiéndose en el primer triatleta argentino ciego en completar un IronMan, y en el IronMan de Sudafrica 2017.
Terminó el Patagonia Run pero…
..las emociones están a flor de piel. Detrás de cada corredor hay una historia de vida y ésta es la de Miguel Ángel Manríquez y su guía Gabriel Soto. Esta dupla inseparable que recorrió mucho camino para llegar en la posición 429 entre 531 competidores de 21 Kms en Patagonia Run. Más allá de la discapacidad, más allá de algún problemita de salud que se sumaron, siempre Miguel cuidó cada uno de los detalles de su carrera. Cuidó su alimentación y cuidó cada uno de sus músculos. El sabe lo que esperaba la edición 2014. Los logros han sido increíbles y el futuro prometedor!!!
¿Qué decir de Javier Antonio Salazar? Javier es puro corazón, 100 % garra y un humor que lo diferencia del resto. Es un miembro destacado del Team de Puentes de Luz y junto con Miguel sin dudas los pilares del equipo. Javier ha sido motor de este grupo organizando y promoviendo los entrenamientos con frío, con barro o con lluvia. Él ha contado con Chucho, Lucas, Marijo y Walter para sostenerlo en estos 21 kms, pero seguramente él ha dejado mucho en el corazón y alma de todos ellos. Javier estamos orgullosos de contar con vos en nuestro Team !!!
Un PAPÁ con letras ¡MAYÚSCULAS! La familia estuvo presente…
Ya hablamos de Javier y de Miguel, pero aún nos falta hablar de Caco. Adolfo «Caco» Ulloa es el papá de Martín quien tiene 20 años y parálisis cerebral. Es increíble el vinculo padre-hijo que tienen ambos. Comparten amigos, gustos musicales y disfrutan de escuchar Larralde, Cafrune y Chamamé. Además de andar juntos a caballo habitualmente ambos adoran las carreras de caballos.
El sábado en el Patagonia Run, Caco hizo 10 kms y salió 3º en su categoría a 2 minutos del primero corriendo el último km con su hijo Martin en silla. INCREIBLE !!! Se dio el gusto de subir al podio y junto a su hijo vivieron una experiencia que seguramente les será muy difícil de olvidar a ambos.